No hay duda alguno, los niños (y también los adultos) disfrutan un montón cuando están en contacto con los animales, especialmente si estos son animalitos bebé ya que suelen ser muy mansos, dulces y encantadores.

Desafortunadamente el ajetreo de la vida moderna, el aislamiento dentro de las ciudades y un estilo de vida cada vez más urbano, lejos de áreas verdes, el campo y la naturaleza hace que pocas veces tengamos la oportunidad de disfrutar de este contacto con lo natural, lo primordial, lo básico.

No en vano los zoológicos, circos y otras formas de contacto con «lo salvaje» han sido muy populares durante más de 100 años, pero ¿cuáles son las condiciones de vida de los animales en esas «atracciones»? ¿De verdad mirar a través de una reja un animal enjaulado es tener contacto con la naturaleza? ¿Los niños de verdad aprenden a respetar la vida y la biodiversidad cuando los animales están confinados en espacios pequeños y en ocasiones tratados de manera inadecuada?

Ciertamente no, de hecho estas experiencias a pesar de los esfuerzos en muchos lugares por proveer tanto a animales como a visitantes el mejor de los entornos, distan mucho de ser un contacto real, empero se convierten en una especie de espectáculo a la distancia en lugar de un contacto cercano y respetuoso con otros integrantes del reino animal.

Obviamente nadie pretende que un niño pequeño o un adulto se acerque a un animal peligroso como un cunaguaro o un caimán, sin embargo existen formas de acercamiento a la naturaleza mucho más armoniosas, cercanas y respetuosas, entre ellas las granjas.

Cualquier amante de la naturaleza dirá sin temor a equivocarse que el aroma del campo, los sonidos de los animales y la vista del horizonte infinito en una granja o una finca son de las mejores experiencias que se pueden vivir, y aún cuando cada día son menos los privilegiados con esos paraísos, en Gordon’s Farm compartimos esa filosofía y creemos firmemente que los niños no deben perderse la experiencia del contacto con los animales, no importa si viven en una ciudad; el respeto por la biodiversidad, la comprensión de la conducta de los animales y la capacidad de comprender un poco la naturaleza son algo que se puede (y debe) estimular desde la más temprana infancia.

Es por ello que desde hace más de 10 años en Gordon’s Farm acercamos un pedacito del campo a los niños, permitiéndoles no sólo ver sino también interactuar con animales de granja, tal como lo harían en el campo. Sabemos que no es lo mismo que la experiencia bucólica completa, sin embargo el hecho de ver, tocar, sentir y apreciar que se trata de seres vivos con sus propias conductas, hábitos, sonidos y olores abre la mente de los más pequeños de la casa (y los no tan pequeños también) a un mundo más allá de las pantallas, el concreto y la vida urbana.

La Granja de Contacto de Gordon’s Farm es mucho más que una atracción para un evento, incluso va más allá de ser una experiencia educativa; de hecho se trata de algo que deja una huella positiva y permanente tanto en la mente como en los corazones de quienes tienen la oportunidad de interactuar con nuestros pequeños animales y sentir en vivo lo que significa interactuar con estos hermosos seres vivos.